Despidiéndose de mi amor -
Capítulo 135
Capítulo 0135
Al día siguiente, muy temprano en la mañana, cuando Silvia se despertó, vio la figura ocupada en la cocina.
Con una camisa clara, pantalones largos grises y un delicado delantal atado a la cintura, la apariencia del hombre cocinando, sorprendió muchísimo a Silvia.
Nunca había visto a Julio cocinar. Solo sabía por la boca de Natalia que él sabía cocinar e incluso había cocinado personalmente para
ella.
Julio escuchó los pasos en el piso de arriba y levantó instintivamente
la cabeza.
-P
pierta? Ven y desayuna le dijo mientras servía dos esayuno en la mesa.
o notó que en el fregadero había una olla llena de sopa sechada. Los dedos largos y hermosos de Julio aún estaban. enrojecidos por el calor. Nacido con una cuchara de oro, ni hablar de cocinar, ni siquiera sabía lavar los platos. Por lo tanto, ese desayuno lo había aprendido esa mañana en línea,
Julio miró sus manos enrojecidas y pensó para sí mismo, cocinar tampoco era tan difícil...
No sabía por qué de repente se le ocurrió la idea de levantarse temprano para cocinar, tal vez porque había dicho algo inapropiado la noche anterior y se sentía un poco culpable por ello.
Cuando Silvia llegó al comedor y vio el pescado en el plato, se quedó
atónita durante un rato sin atreverse mover el cubierto.
Julio pensó que su cocina no era buena, así que se sentó, lo probó un
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poco, era normal, comestible.
-Si no quieres comer, puedes desecharlo -le dijo, mientras.
continuaba comiendo, pero su mirada siempre estaba fija en el rostro.
de Silvia.
Ella tomó la cuchara, sirvió un poco del pescado y murmuró muy bajo:
-Es la primera vez que alguien me prepara el pescado.
Julio no captó el significado detrás de sus palabras.
-Come más.
Silvia comió un poco y luego le preguntó:
-Nos conocemos desde hace unos 17 años, ¿verdad?
Julio no recordaba realmente ese tipo de cosas.
-Si
diez años.
en completo silencio, murmurando apenas audible:
y realmente una tonta.
ulio no lo escuchó:
-¿Qué dijiste?
-Dije que está realmente deliciosa.
-Siempre me lo preparabas tú, esta es mi primera vez intentándolo. - le dijo con agrado Julio.
Silvia terminó toda la comida.
-¿Estás llena? Si, puedo servirte más se levantó Julio, pero no recibió respuesta alguna de parte de Silvia. Miró hacia ellà de nuevo y notó que su cuello y sus manos estaban rojas.
-¿Qué sucede? -Su mirada se estrechó un poco.
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-Tengo alergia al pescado -le dijo Silvia suavemente, mirándolo.
Después de diecisiete años de conocerse y más de tres años de matrimonio, él ni siquiera le sabía. Julio sintió un fuerte golpe en su cabeza y la levantó apresuradamente para llevarla al coche y dirigirse al hospital. En el camino, estaba
totalmente furioso: Read the latest
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-¿Estás realmente loca? ¿Por qué no me dijiste sobre la alergia?
-Te lo dije, tal vez lo olvidaste
-respondió Silvia. No era que no le hubiera dicho antes. Recordaba claramente cuando estaba en la escuela secundaria fueron a la antiqua casa de la familia Ferrer para celebrar una festividad juntos. Julio notó en ese momento que ella no había comido lo suficiente y la llevó a
comer algo más en secreto. En ese momento, ella le había dicho que era
alérgica al rescado y no podía
comerlo. Silvia recordaba claramente
que él le The content is on
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abía prometido recordarlo para siempre.
Pero Julio simplemente no podía recordarlo. Solo recordaba que cada vez que volvía a casa. Silvia siempre le preparaba deliciosos platos de pescado y mariscos. Él asumió naturalmente que a ella también le gustaba. Read the latest
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Silvia parecía entender muy bien lo que estaba pensando y le dijo:
-Solía cocinarte pescado a menudo, no porque me gustara, sino porque definitivamente a ti te gustaba.
El corazón de Julio se sintió aún más pesado. El camino hacia el hospital parecía alargarse.
-No necesitabas hacerme todo esto finalmente le dijo Julio después de un largo rato.
Silvia se dio cuenta entonces de lo que había sacrificado en el pasado, solo para recibir esas tontas palabras, que no
necesitaba hacerle todo eso. Qué tonta en verdad, había sido en el pasado.
-Lo sé ahora, nunca más lo haré.
Nunca más sería amable con alguien que no la amaba.
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