¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 497

Capitulo 497

Asier se acomodo en su silla giratoria, imponiendo su presencia, con su mirada oscura posandose sobre Natalia.

“Asier, en esta ocasion necesitamos que nos ayudes. Sergio ha desaparecido desde que vio a Ella. No ha vuelto a casa en dias y nadie que conozca parece haberlo visto. Me temo que algo le ha ocurrido. “Natalia le hablaba con urgencia y ansiedad.

Habia movilizado todos sus contactos en busca de alguna pista, pero Sergio parecia haberse esfumado. Ya antes habia tenido comportamientos imprudentes, corriendo carreras callejeras sin importarle su vida. Ahora, su desaparicion, solo afadia mas preocupacion a Natalia, que apenas podia dormir.

Elia, con las manos juntas en su regazo, su cefio fruncido en preocupacion, escuchaba en silencio la conversacion.

Al no recibir respuesta de Asier, levantd la vista para mirarlo de frente, la profunda y enigmatica mirada de Asier estaba posada sobre ella, como un ledn en la selva, acechando a su presa. Se mostraba calmado, amenazante, incisivo

Elia sinti6 un apretén en el pecho bajo su intensa mirada. ;Por qué la miraba de esa forma? ;Esperaba que ella supiera donde estaba Sergio?

"Asier, sé que es una gran impertinencia pedirte esto, pero no me queda de otra.” Natalia estata al borde del llanto, especialmente cuando mencioné que no le quedaba de otra opcion..

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"He buscado con su padre por mucho tiempo, hemos buscado por todas partes, incluso su abuelo ha enviado gente a buscar. No hemos podido encontrar a Sergio, es por eso que vengo a ti“Natalia se mostraba humilde, desesperada, secando una lagrima de la esquina de su ojo.

;Y qué esperas que yo pueda hacer? Si alguien decide esconderse, nadie puede encontrarlo.” Asler respondid, con su voz llena de autoridad.g2

“No, Asier, tu eres diferente. {Puedes hacer que esta mujer diga la verdad! jElla debe saber donde esta Sergio!” Natalia se giro de repente hacia Elia, su rostro estaba lleno de tristeza y rencor, su mirada estaba fija en Elia.

“Esta mujer, quien decidié dejar a Sergio, luego lo sedujo, jugé con él, confundié a Sergio. Incluso para demostrarle sus sentimientos, le dio la pulsera que tu abuela me dio. Cuando descubri esto, le pedi la pulsera de vuelta. Sergio quedé enojado conmigo, se fue de casa y no ha vuelto.” Natalia hablaba envuelta en sus emociones, con su respiracion agitada y su mirada fija en Elia.

Elia, nerviosa, miraba a Natalia, quien estaba revelando frente a Asier que Sergio le habia dado la pulsera.

Tenfa un presentimiento, sentia que estaba al borde de la muerte.

Miré a Asier, quien la miraba con una mirada fra y penetrante, llena de amenaza

Esa mirada, parecia capaz de atravesarla.

El corazon de Elia latfa con miedo, como si fuera una avalancha a punto de desencadenarse.

“Al principio, no sabia que la pulsera era un regalo de la familia Griera para las nueras. No queria la pulsera, pero Sergio dijo que si no la aceptaba, entonces...”

"iEntonces qué?” La mirada de Asier era frfa y peligrosa, parecia lista para despedazarla, su voz era baja y helada. sᴇaʀᴄh thᴇ (F)indNƟvᴇl.ɴet website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

Elia trag saliva con miedo.

;Coémo podia decir que Sergio la habla amenazado? Si no aceptaba la pulsera, iba a desafiar a Asier a un duelo por su amor.

Temia que Sergio peleara con Asier y se lastimara, o que provocara a Asier y al final, el mas perjudicado seria ella.

"Entonces...” Elia intentd explicar, pero las palabras quedaron atrapadas en su garganta

Parecfa que no habia diferencia entre decirle la verdad o no.

De cualquier forma, Asier se enfureceria y la despedazarfa.

"Asier, mira, ella sigue mintiendo, tratando de engafiarte. Eso es lo que hace, enganandote atiy a Sergio, haciendo que ustedes dos, tio y sobrino, se den vueltas y vueltas, causando problemas en la familia Griera. ;Qué diferencia tiene con Faustina?” Natalia estaba furiosa con Elia, hablaba sin reservas.

Incluso se atrevi6 a mencionar a la madre de Asier.

Después de terminar de hablar, se quedé petrificada, arrepentida, pero ya era muy tarde.

El ambiente se volvié gélido alrededor, Asier parecia estar rodeado por una tormenta de nieve, como si estuviera cubierto de espinas de hielo, frio y desolado.

Apret6 los pufios hasta que crujen, sus mandibulas estaban apretadas, rugiendo con furia a Natalia: “Vete!l”.

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