¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 503
Capitulo 503
Este lugar, ella jaméas queria volver
El incluso habla preparado muchas ropas para ella
Penséandolo, Elia sinti¢ escalofrios por todo su cuerpo.
De repente, su vista se pos6 en su cuello, lo que la asust6 alin mas
Estaba vestido con un pljama de seda gris oscuro, con un par de botones descuidadamente desabrochados, revelando su cuello delgado y su atractiva y masculina clavicula.
En su cuello, justo por encima de su clavicula, habia una marca de una mordida grande y roja, incluso las marcas de los dientes eran muy claras.
Elia se quedo boquiabierta, recordando que fue ella quien lo mordio.
Los ojos profundos de Asier se entrecerraron, mirando peligrosamente su expresion de sorpresa y miedo.
La sirvienta que lo habla visto antes también se habia comportado de manera extrafia.g2.
Se volteo y se dirigi6 al bafio, donde habia un espejo.
Elia volvio en si y aproveché que él se habla ido para sacar un vestido més largo del armario, listo para cambiarse en el vestidor.
De repente, sinti6 una tension en la parte posterior de su cuello.
“Ah!” Elia grit6 de dolor.
En un instante, su cuerpo fue arrastrado hacia él, enfrentandose a su furia sombria.
Te estas volviendo cada vez més atrevida, jte atreves a morderme? jAcaso ya no quieres conservar tu boca?” Su gran mano agarré ambos lados de su mejilla, haciendo que su boca se arrugara y sus labios se volvieran rojos y atractivos.
Elia lucho, sacudiendo su mano, jadeando, “Fue tu culpa por no dejarme ir. En esa situacion, si no te mordia, me habrias matado”.
Ella recordaba que le habfa suplicado que la dejara en paz, pero parecia que él no la habfa escuchado.
Estaba tan incobmoda, tan adolorida, que se agarré de su cuello y lo mordi6 fuerte.
Para su sorpresa, parecia que no sentfa el dolor.
Sus palabras ciertamente lo hablan complacido.
Ella lo mordia cada vez que la forzaba a hacer el amor.
Los ojos oscuros de Asier la recorrieron, diciendo, “No lo hagas de nuevo!”
Dicho esto, se levanté y sali de la habitacion.
Elia suspiré con alivio y corrié a cambiarse de ropa.
Cuando bajé de nuevo y vio a Asier comiendo tranquilamente, lo saludé: “Ahora puedo irme, ;verdad?”
“Termina tu comida.”
“No tengo hambre.” En realidad, Elia estaba muy ansiosa, y sin esperar una respuesta de Asier, salié répidamente.
El guardaespaldas levanté la mano para detenerla
Elia se sinti6 extremadamente frustrada y no tuvo mas remedio que volver.
";Puedo irme después de comer?” se puso de pie al lado de Asier, bufando.
“Lo hablaremos después de comer.” El tono de voz profundo de Asier era tranquilo.
No se podia decir si estaba feliz o enojado.
Elia tampoco sabia lo que estaba pensando.
Estaba muy preocupada, los nifios todavia estaban esperandola en el jardin de infantes, y no sabia dénde estaba su madre. Cuando intent6 llamarla, el teléfono estaba apagado.
Ahora, si intentaba llamar a Jimena para que fuera a buscar a los nifios, seria demasiado sospechoso.
Pero, ;qué podia hacer si estaba tan ansiosa? Sin la orden de Asier, no podia siquiera salir por la puerta.
A regafiadientes, se sent y comenz6 a comer rapidamente.
Tratando de comer lo mds pronto posible.
En menos de cinco minutos terminé con su bistec.
Tomo un trago de agua y mir6 ansiosamente a Asier. “;Puedo irme ahora?”
Asier la mir6 fijamente y no dijo nada.
Elia no podia esperar mas y, sin &nimos para adivinar su estado de animo, se levanto y se dirigi6 a la salida.
Esta vez, para su sorpresa, el guarda espaldas no intenté detenerla.
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