Esta Vez, ¡No Perderé!’
Capítulo 139

Capítulo 139 

Hablando sinceramente, Javier era realmente increíble. Podía entenderse por qué, con un personaje como él, el autor había decidido no hacerlo el protagonista. 

Piénsalo, si él fuera el protagonista, ¿dónde estaría el drama empresarial? ¿Cómo podrían escribirse las intrigas de los rivales tratando de sabotearlo, solo para que una astuta protagonista femenina los advirtiera y contrarrestara? La compleja trama de amor y odio que se extendia a lo largo de millones de palabras en el libro, ¿cómo podría desarrollarse? 

Para ser el protagonista de una novela de drama y romance, necesitabas ser inteligente, pero actuar de manera tonta en la vida cotidiana. Debías fallar en ver cómo la antagonista femenina intentaba perjudicar a la protagonista, no darte cuenta de las manipulaciones de los villanos con apariencia de inocentes. Además, debias ser voluble, indeciso, enamorándote de la protagonista en un momento y volviendo con la antagonista femenina al siguiente, contemplando un matrimonio arreglado por el bien de tu familia pero queriendo huir por amor. 

Frente a este tipo de “inteligencia“, Javier probablemente solo habría podido reírse con desdén. Hacer a Javier el protagonista significaria eliminar más de la mitad de la trama del libro. Sin trama, el autor no podría extender la historia, sin extenderla, el autor no ganaría dinero, y sin dinero, el autor no podria comer. 

Asi que, hacer de Javier un poderoso misterioso que ocasionalmente tendiera una mano a Mauricio, permitiéndole entrar en la verdadera alta sociedad y abrir un nuevo mundo de tramas, era la mejor manera de satisfacer tanto a los lectores como al autor. 

ya 

No era de extrañar que Javier estuviera tan ocupado. 

La rutina diaria de Mauricio en la novela consistía en ser engañado por la malvada antagonista acerca de Fiorella, resolver malentendidos, humillar a la villana, y tener momentos románticos con Fiorella. La rutina diaria de Javier era: oficina – jet privado – viajes de negocios – reuniones–jet privado – hogar. 

Comparándolos, Mauricio parecía más el protagonista. El mayordomo Gabriel le dio un buen consejo a Beatriz: 

-Señora, ruegue al señor. Con solo amenazar con no invertir más en publicidad, esa tal Fiorella tendría que marcharse. Beatriz respondió con un silencio elocuente: 

¿No sabía Gabriel que su señor era el protector del grupo protagonista? ¿Beatriz, instigando al protector del grupo protagonista contra él, quería un final aún más trágico? Además, Javier era solo su esposo nominalmente. ¿Tenia tanto poder como para que una palabra suya hiciera que él actuara en su beneficio? 

Beatriz pensaba que la situación aún podía revertirse. Cambiar la percepción del público no era solo cuestión de aplastar con capital, sino de brillar con luz propia. Aunque no tuviera el halo–de protagonista de los principales, el mundo del libro era también un mundo real. El dolor era real, los sentimientos también lo eran, Incluso el mayordomo Gabriel, a quien apenas se mencionaba unas pocas veces, era un personaje adorable y vivo. 

Quizás había esa pequeña posibilidad de romper la maldición del final. 

Marisa terminó su partida en linea y fue a comer. Beatriz se estiró y se levantó del sofá: 

-¿Qué tal si hacemos pizza para el almuerzo? 

Fiorella miraba su teléfono, claramente, frustrada. A pesar de que, bajo su influencia, la audiencia del reality show la adoraba, continuaban insultando a Beatriz y sus amigos, pero Florella no estaba contenta. Sabía que en este mundo, al final, lo que contaba era tu obra. Beatriz había brillado en la película del Director Olmos, y con su belleza y talento, seguramente captaria algunas miradas. 

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