Capítulo291
Beatriz no era ajena a las habladurías de las otras, aun así, mantenia la cabeza bien en alto, sin
enojarse en absoluto y en cambio, mostrando una gran energia ¡Habla, di todo lo que quieras! Que
mi vida glamorosa acaba de comenzar, mientras que ustedes solo pueden ser ranas que saltan de
charco en charco
-¡Alejandro, mira esto! -Rodrigo abrió los ojos y miró la lista de tendencias en las redes sociales,
luego le mostró su móvil a Alejandro.
El primer tema de tendencia brillaba con destellos que penetraban profundamente en los ojos
oscuros del hombre – # Compromiso_De_Beatriz_Y_Alejandro.
–
-Alejandro, ¿sabes carnal que de verdad me siento completamente confundido? A Rodrigo se le
veía bastante asombrado, -¿No me dijiste que estabas rompiendo con Beatriz? ¿Entonces por qué
tu madrastra anda anunciando de par en par el compromiso de ustedes dos? Y más aún, parece
que el tío Hernández no se opone, ¿qué está pasando entonces? ¿Siguen juntos o no?
Los oídos de Alejandro zumbaban y su espalda se tensaba, al igual que sus dedos.
Era como un arco tensado al máximo, con un fuerte resentimiento y emoción casi a punto de
estallar dentro de su pecho.
Mientras tanto en otro lugar y de repente, una pantalla gigante de un lujoso salón de eventos se
apagó por completo.
-¿Qué está pasando? ¿Hubo un corte de energía o esa vaina se rompió?
Mientras la multitud estaba confundida, la pantalla se encendió de nuevo. Pero en su lugar, se mostraba la lastimera foto de una niña. La niña era delgada y pequeña, con el pelo desordenado,
vestida con harapos, lágrimas y mocos por doquier. Era tan miserable la vista de la pobre criatura
que daba pena verla.
-Dios mío, ¿quién es esa pobre criatura?
-¿Acaso es la señorita Beatriz usando su fiesta de cumpleaños para recaudar fondos de caridad?;
Qué bueno!
Al escuchar las conversaciones del público, Beatriz y Ema se dieron cuenta de que algo andaba mal y se dieron la vuelta para mirar la pantalla.
-¿Qué está pasando? ¿Quién es esta niña harapienta? ¿Cómo es que apareció esta foto aqui?
Acaso el personal de mi evento cometió un error?
Beatriz estaba con la boca abierta, mirando perpleja a la niña en la pantalla. Mientras tanto, Ema, sentada en el público, estaba pálida y saltó de su silla como si tuviera fuego en el trasero, gritando
hacia la pantalla: -¿Qué está pasando aquí? ¡Apaguenlo! ¡Apaguen esa pantalla ahora mismo!
La gente a su alrededor se sorprendió y la miró con desconfianza. Incluso Alejandro y el Sr.
Sánchez estaban confundidos y no entendían por qué una falla en la pantalla causaria su reacción
tan exagerada.
-¿Apagarlo? ¿Por qué deberíamos apagarlo? De repente, desde algún lugar en el público, una voz
masculina áspera y tosca se oyó.
Beatriz miró en la dirección de la voz y cuando vio el rostro malvado y amenazador de Miguel, casi gritó de miedo. De repente, todo su cuerpo y su costoso vestido de alta costura quedó empapado
con su frio sudor. Sus piernas temblaban incontrolablemente debajo de su falda y su rostro delicadamente maquillado se había vuelto tan rígido como una máscara de papel, incapaz de mostrar ninguna expresión.
Miguel se acercó con una sonrisa malvada y grosera, y rápidamente llamó la atención de todos. Una familia debería estar junta. Mientras ustedes están aquí disfrutando de la vida, comiendo y
bebiendo, esta pobre niña está siendo golpeado y maltratado en un orfanato en los Estados Unidos.
Beatriz, como madre de esta niña, ¿cómo tu corazón puede ser tan indolente ante ello?
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