Capítulo530
Diego arqueó las cejas y rozó su nariz perfecta con la punta de los dedos.
Clara çiró la cabeza con una apariencia de un fingido enojo, una imagen encantadora y coqueta,
muy adorable.
-Clara, de cualquier manera, no debes volver a estar con Alejandro. ¡Los hombres no son buenos!
Arturo estaba preocupado de que su hermanita volviera a caer en la trampa y le aconsejó con
empeño.
–
-Excepto yo, señor Arturo. Soy un buen hombre-dijo Aarón tímidamente en su propia defensa.
-Yo también soy un buen hombre-se apresuró a agregar Diego.
-Los hombres de la familia Pérez definitivamente no son malos-intervino rápidamente Arturo.
-No todos los hombres en la familia Pérez son excelentes. Siempre hay algún hombre que se rezaga-bromeó Clara, cruzando sus hermosas y esbeltas piernas.
Los tres hombres se miraron entre sí y un nombre apareció simultáneamente en sus mentes: Julio.
-No estoy de acuerdo-Leticia se enfureció al escuchar que Clara la había llamado para que ayudara a Alejandro, y su rostro hermoso se ruborizó de enojo.
Esta madrastra que siempre había sido sumisa ante la joven señorita se negó firmemente a la solicitud de tratar a Alejandro.
-Leticia, déjame explicarte-Clara dijo con una expresión de impotencia.
-No necesitas explicarlo-Leticia agitó la mano con desdén y dijo fríamente: -Recuerdo
claramente cómo te trató Alejandro antes. No solamente yo, sino también Emilia y María. ¿No es él el presidente Hernández? Tiene mucho poder. ¡Que la familia Hernández
se las arregle!
-Leticia
-¿No tiene muchas mujeres a su alrededor? ¿No debería venir a cuidarlo en este momento crítico?
Leticia habló con un tono bastante agudo.
–
-Leticia, Alejandro puede ser una persona desagradable, pero esta vez, él es quien me salvó la vida – Clara tomó la mano de Leticia y se sentó en el sofá, con una expresión
que parecía más la de una persona mayor que la de ella.
Leticia frunció el ceño. ¿Qué quieres decir?
Clara le contó en detalle cómo estuvo en peligro en Pico Sereno, cómo Alejandro la salvó y cómo él
resultó herido al salvarla.
Leticia se asustó al escucharlo y sintió un escalofrío en la mano que Clara estaba sosteniendo.
Estaba llena de remordimientos.
-¡Clara! Aunque no eres mi hija biológica, si lo fueras, te habría castigado y fuertemente por tu
valentía.
-Esta historia solo la conocen mis hermanos mayores y Aarón. Julio no tiene idea-Clara colocó
un dedo sobre sus labios y bajó la voz. -Te ruego que mantengas esto en secreto. Temo que, si
Julio se entera, su presión arterial volverá a subir.
-Realmente no quiero mantenerlo en secreto. Durante estos tres años en los que has estado
enredada con Alejandro, ¿cuántos problemas hemos tenido que resolver por ti?
Leticia la regañó con un toque suave en la frente. Esta vez, debería decirle a tu padre y que él te
controle adecuadamente.
-Decirle no servirá de nada. Julio no puede controlarme-Clara sonrió con una expresión
autosatisfecha.
Después de una serie de persuasiones infructuosas, Leticia finalmente cedió y aceptó mantener el
secreto por Clara.
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