Capítulo562
Sharon nunca diseñaría un vestido para ella.
-Las personas del estudio de Sharon dijeron que, sin importar cuánto dinero gastes o cuán
generosas sean las condiciones que ofrezcas, ella no diseñará un vestido para ti-Leona le informó
a Ema con temor en sus ojos.
Los ojos de Ema se abrieron exorbitantemente y preguntó con enojo: -¿Por qué?
-Mamá, no me hagas hablar de los detalles-Leona titubeó.
-No te andes por las ramas, ¡dimelo! – exigió Ema.
Leona dio un escalofrio y, a regañadientes, dijo: -Lo que dijo Sharon fue que no diseñaría ropa para
alguien con un pasado tan oscuro, alguien con un historial problemático. Dice que eso dañaría su
reputación.
Leona había tratado de suavizar las palabras de Sharon tanto como pudo, pero lo que Sharon
realmente dijo fue aún más hiriente. No le dio ningún respeto a Ema.
-¡Maldita sea! ¡Esto es inaceptable! – Ema estalló de ira, y barrió todos los costosos productos de
maquillaje de su tocador al suelo. Sus ojos se enrojecieron de rabia y su rostro palideció. ¿Quién se
cree que es esta Sharon? ¡Es solo una vendedora de ropa! ¡Sin sus vestidos diseñados por Sharon,
todavía puedo superar a esa zorra de Luz en la fiesta de cumpleaños!
El silencio se apoderó repentinamente de la habitación después de sus palabras.
-Papá? – Leona vio a Enrique, que parecía un bloque de hielo, de pie en la puerta en algún
momento, y sintió un escalofrio en su corazón.
Ema se dio la vuelta bruscamente y, al ver a su esposo con el rostro ensombrecido, lo llamó de
manera forzada: ¡Enrique! ¿Has vuelto de tu viaje de negocios? ¿Cuándo regresaste? ¿Por qué no
me lo dijiste?
-¿Qué estás haciendo ahora? ¿Por qué has destrozado todas estas cosas? – Enrique frunció el ceño
al ver el desorden en el suelo.
-Quería que la diseñadora de moda de alto nivel Sharon me hiciera un vestido de gala para mi
fiesta de cumpleaños, pero no solo se negó, también me insultó. ¿Cómo puedo soportar eso? – Ema
corrió hacia Enrique con lágrimas en los ojos, y su aspecto de niña mimada dejó a Leona, que tenía
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-¡Enrique! Soy tu esposa y te represento a ti y al grupo Hernández. Si esa mujer, Sharon, me
insulta de esta manera, es como si te estuviera insultando a ti y a nuestra familia. Debes hacer
algo al respecto, debes poner fin a esto. ¡Déjale saber cuál es el resultado de ofender a tu mujer!
imploró Ema.
-Ella es una diseñadora de renombre internacional y su mercado no está en el país. Realmente no
podemos influir en su negocio-Enrique dijo con un tono más firme.
Antes, él solía pensar que Ema era juguetona y encantadora, y la encontraba adorable, lo cual le
hacía sentirse tierno hacia ella. Pero ahora, después de haberse visto envuelta en una serie de
problemas que parecian casi imposibles de resolver, y habiendo pasado solo unos pocos días
desde la última vez, volvió a comportarse de manera caprichosa como si hubiera olvidado las
lecciones aprendidas. Ahora él la veía como alguien inmadura y fuera de lugar.
Ema se quedó sin palabras ante sus críticas, sintiéndose enojada y herida.
-Leona, por favor, sal de la habitación. Tengo algo que discutir con tu madre.
-De acuerdo, papa-Leona se fue de inmediato.
Después de todo, su madre se habia vuelto bastante difícil y acercarse a ella y entenderla lo era
aún más. ¿Podría ser que estuviera pasando por la menopausia?
Después de cerrar la puerta, Ema trató de calmarse y preguntó con suavidad: -Enrique, ¿has
revisado la lista de invitados que te envié? ¿Está bien?
-Ema, te pregunto, ¿por qué no celebras tu cumpleaños el jueves en lugar de trasladarlo para el fin
de semana? – Enrique se sintió incómodo cuando se enteró de esta noticia mientras estaba en el
extranjero. Sabes muy bien que la tercera esposa de Julio también está de cumpleaños. Elegiste
ese día a propósito para competir con ella, ¿verdad?
Ema mordió su labio.
-Si no respondes, ¿eso significa que adiviné correctamente? – Enrique la empujó suavemente,
visiblemente confundido. -Toda la enemistad entre ustedes ha pasado desde hace ya más de
veinte años. Ambas han dejado la industria del entretenimiento, y el público ha olvidado esas
cosas. ¿Por qué de repente decides enfrentarte a ella? ¿Estás buscando problemas?
-Los problemas y las vergüenzas del pasado no tienen nada que ver conmigo-dijo Ema con una
mirada sombría y una rísa cínica. -En ese momento, quien sufrió la vergüenza fue Luz, y ella fue
siempre admiró.
-Tu forma de pensar es completamente absurda.
-Enrique, ¿es que es ella la que no entiende, o eres tú quien se siente culpable en tu interior? –
Ema mostró un rastro de resentimiento en sus ojos enrojecidos.
-¿Qué quieres decir con eso? – la frente de Enrique se frunció aún más.
-En tu corazón, ¿no estás favoreciendo a Luz? Después de todo, hace más de veinte años, los
rumores sobre su relación amorosa escandalizaron a la gente.
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