Valerio llevó a Evrie a un zoológico de animales salvajes.

Durante el camino, no paraba de contarle cosas sobre el lugar.

Resulta que antes era un centro de rescate.

Los animales que ahí vivían venían del circo, los que ya no querían porque estaban viejos, enfermos o debilitados, y también había algunos que habían sido rescatados del monte porque no podían valerse por sí mismos.

Después, un patrocinador echó mano al bolsillo y poco a poco lo transformaron en un centro turístico, para que los animales pudieran ganarse su comida.

Evrie estaba asombrada: —¿Así que te gustan mucho los animales, eh?

Valerio, manejando, le contestó: —¿Cómo no me van a gustar? Los animales tienen los sentimientos más puros y sinceros. No traicionan, no engañan, no cambian. Comparados con ellos, las personas no somos nada.

Evrie asintió, convencida: —Tienes razón.

Al llegar, Valerio estacionó el carro al lado del camino.

Bajó del auto y, acercándose a la cerca de alambre, gritó con fuerza:

—¡Dulzura!

Un tigre gordito corrió desde cerca, se lanzó sobre la cerca y rugió con afecto.

El hombre y el tigre se frotaron el uno al otro a través de la cerca, como si fueran viejos amigos que no se hubiesen visto en una eternidad.

Evrie casi no podía creer lo que veía.

—¿Cómo es que también lo trajiste?

—Claro, ¿cómo iba a sobrevivir solo en el Triángulo Norte? Me contacté con varias organizaciones aquí y pagué una buena suma para liberarlo y traerlo conmigo.

Evrie estaba perpleja.

Había oído hablar de pagar rescate por personas, pero nunca por un tigre.

—Dulzura, déjame presentarte a un nuevo miembro de la familia. También nos conoció en el Triángulo Norte, es de los nuestros. ¡Llámala madrina!

El tigre gordito rugió de nuevo.copy right hot novel pub

Evrie protestó: —No digas locuras, yo no soy su madrina.

—Pero si ahora somos como una pareja falsa, ¿no? Tenemos que hacerlo bien. Además, Dulzura no es un extraño, es mi ahijado, es parte del acto.

—Gracias, pero no.

—Tócalo, le caes bien.

—No quiero.

—Solo toca un poco, no te va a hacer nada.

—No.

—Vamos, ¡no tengas miedo!

Valerio tomó su mano y la llevó hacia la cerca, justo cuando el gran tigre abría su boca amenazante.

Evrie gritó por instinto: —¡Guardia, hay alguien tocando al tigre sin permiso!

De repente, un altavoz en un árbol cercano anunció:

—Prohibido alimentar, prohibido jugar, ¡prohibido tocar al tigre! Sᴇaʀᴄh thᴇ (ꜰind)ɴʘvel.nᴇt website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

Valerio se quedó sin palabras.

Más tarde, fueron a ver a los elefantes.

Valerio se paró frente a la cerca y gritó con entusiasmo: —¡Candy!

Una elefanta enorme se acercó lentamente, mostrando su cariño con su trompa.

Evrie preguntó: —¿Este también lo rescataste?

Evrie no pudo más que admirar: —Realmente eres un alma caritativa.

Valerio sonrió con una pureza contagiosa: —Tomaré eso como un cumplido.

Mientras hablaban, un ruido de motor interrumpió el momento.

Un Bentley negro se detuvo al lado del camino.

La puerta se abrió y dos figuras, un hombre y una mujer, bajaron una tras otra.

—¿Cómo es posible que no podamos deshacernos de ellos?

Sᴇarch the FindNovel.net website on G𝘰𝘰gle to access chapters of novels early and in the highest quality.

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you find any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report
Do you like this site? Donate here:
Your donations will go towards maintaining / hosting the site!