UN MATRIMONIO INESPERADO… El día del divorcio by Jeda Clavo
UN MATRIMONIO INESPERADO… El día del divorcio Capítulo 15

Capítulo 15: Una pareja vengativa.  Sᴇaʀch Thᴇ FindNøvᴇl.nᴇt website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

Lo que ocurrió pasó en escasos segundos, el restaurante se sumió en un silencio momentáneo, roto únicamente por la respiración entrecortada de Eloísa, quien había quedado completamente atónita ante la petición de Claudia. 

Los ojos de Javier se desviaron entre su exesposa y su actual esposa, sintiéndose atrapado en un dilema. 

Eloísa, aún en estado de shock, no sabía cómo reaccionar ante la demanda de Claudia. Su orgullo herido y su ira se entremezclaron mientras miraba a Javier en busca de una respuesta. Por su parte, Claudia mantuvo la compostura, observando a ambos con una expresión serena en el rostro. 

Finalmente, el golpe resonó en el restaurante, un sonido seco y brutal que pareció hacer eco en las paredes desnudas. Javier, con la mano aún suspendida en el aire, no mostró arrepentimiento alguno en su rostro endurecido, mientras Eloísa retrocedió un paso, llevándose una mano a la mejilla enrojecida. 

Por su parte, Claudia lo miró con frialdad. 

-De verdad que no tienes límites, eres violento y nunca vas a cambiarlo ella escupió las palabras como si fueran veneno-, definitivamente, si la violencia doméstica ocurre una vez, seguirá ocurriendo miles de veces más.. Su voz era firme, aunque sus labios temblaban ligeramente. 

Javier la observó sin decir palabra, la furia todavía latiendo en sus venas. Claudia continuó distante. 

-Voy a preguntarle a mi esposo por tu contrato–dijo, ajustándose la blusa con movimientos precisos-, y hablaré con él, pero yo no le pregunto ni sé sobre sus asuntos comerciales, así que no puedo garantizarte nada. Si eso es lo que querías hablar conmigo, lo mejor será que me retire. 

Con esas últimas palabras, Claudia dio media vuelta y salió de la habitación, dejando una estela de dignidad y decisión inquebrantable, mientras se dirigía al hospital. 

La noche había caído como un manto oscuro sobre la ciudad, y Andrew se detuvo al llegar a la puerta de su casa justo cuando su celular comenzó a vibrar en el bolsillo de su abrigo. Lo sacó, deslizó el dedo sobre la pantalla y la voz ansiosa de su madre llenó el silencio que había entre él y la noche. 

“¿Has visto el álbum de fotos de candidatas para ser tu futura esposa?” Su tono 

era imperativo, casi demandante. “Debes escoger una porque debes casarte lo más pronto posible, porque necesito un nieto

Andrew volteó los ojos y caminó al interior de la casa, sintiéndose atrapado en este guion repetitivo, porque eso era casi el pan de cada día. Su madre, 

buscándole esposa, por un momento pensó en decirle que ya tenía una, pero prefirió callar. 

Buscó desesperadamente una salida, y al ver a Ramón que estaba al pie de las escaleras, le lanzó una mirada de auxilio. El mayordomo entendió el juego, pegó un grito teatral. 

-¡Ay!-gritó Ramón. 

-Lo siento, mamá, debo cortarte, Ramón se ha caído -interrumpió Andrew rápidamente, aprovechando la distracción. 

Sin esperar respuesta, cortó la llamada y guardó el teléfono justo a tiempo para ver a Claudia entrar por la puerta. 

-¿Dónde estabas? -preguntó, su tono mezcla de preocupación con curiosidad. 

-Vengo del hospital, estaba viendo a mi madre -respondió Claudia, cerrando la puerta tras ella 

, pero almorcé con Javier y… -Hizo una pausa antes de continuar, él me pidió ayuda. Por eso quería pedirte, ¿Qué tal si le damos una oportunidad esta vez y firmas ese contrato? 

Andrew la miró fijamente, buscando sinceridad en sus ojos. 

-¿Es eso realmente lo que quieres? ¿Después de cómo se comportó contigo? inquirió Andrew, con una expresión de molestia y confusión en su rostro, sin lograr entender a su esposa. 

Ella asintió, y una sombra de duda pasó fugazmente por su rostro antes de ser reemplazada por una expresión resuelta. 

-Si es lo mejor por un momento él se mantuvo callado, pero al final accedió. 

Está bien–dijo con resignación, lo haré, todo para complacer a mi esposa. 

La sonrisa de Andrew era cálida, se acercó a ella y sus labios se encontraron con los suyos, en un beso suave que selló su compromiso, no solo con el documento, sino con esa extraña historia que compartían. 

La mano de Eloísa tembló al tocar el punto sensible de su mejilla donde la mano de Javier había golpeado. La furia encendió en su pecho un carbón ardiente que prendió fuego a sus palabras, mientras llegaba a su casa. 

SONOO SI+ 

-¿Cómo pudiste? 

siseó, con los ojos clavados en los suyos, con una ferocidad 

que podía quemar-. ¿Cómo te atreviste a levantarme la mano? 

La postura de Javier se debilitó bajo el peso de su mirada, sus propios ojos se desviaron, incapaces de encontrarse con los de ella. 

Le tendió la mano vacilante, rozándole el brazo con la punta de los dedos en un penoso intento de consuelo. 

-Eloísa, amor, lo siento, no quería–murmuró, con la voz impregnada de una desesperación que se aferraba al aire como la humedad-. Era necesario. Estamos en una situación un poco difícil y Claudia… ella es la única que puede sacarnos de esto, me vi obligado a hacerlo. 

Ella retrocedió ante su contacto como si fuera fuego, pero sus siguientes palabras detuvieron su huida. 

-Si aguantas un poco más, el negocio florecerá de nuevo 

Su voz se redujo a 

un susurro, una promesa secreta destinada sólo a ella-. Te compraré todo lo desees. 

que 

Un destello de algo pasó por los ojos de Eloísa: esperanza, tal vez, amor o dependencia del hombre que tenía delante. Sus labios se curvaron en una sonrisa, no de felicidad, sino de astuto cálculo. 

-He investigado algo para ti–dijo, cambiando el tono, ahora imbuida de confianza. La madre del marido de tu exesposa es una mujer exigente–reveló Eloísa, cruzándose de brazos mientras disfrutaba de la información que poseía –, Quiere al mejor partido para su hijo, ya ha rechazado a siete mujeres, que considera que no son dignas para ser la esposa de su hijo ¿Cómo pudo permitir que su hijo se casara con Claudia? -Javier se queda viéndola con interés mientras ella termina de hablar–¡Ella no lo sabe! 

Javier se inclinó hacia ella, interesado al imaginar a la guardiana matriarca como su aliada para evitar su ruina. 

-Y todo indica que jamás aceptaría a una divorciada como nuera, porque es una señora Snob ronroneó ella, una gata elegante con las garras firmemente. enganchadas a la conversación-, piensa ¿Qué pasaría si ella se entera de que su precioso hijo se casó con tu exesposa? Es más ¿Por qué no mandamos a publicar esa información y le hacemos saber a la señora Davis que nosotros lo mandamos. a publicar? 

-Podría usar esto….. . Los pensamientos de Javier se aceleraron, un plan formándose, cristalizando con cada latido-. Seguro que si hacemos eso, la señora Davis nos agradecerá que desenmascaremos y me lo agradecerá 

+15 BONDS 

eternamente y podrá ayudarme. No tendré que estar dependiendo de la desgraciada de Claudia. 

-Y yo puedo ayudarte en eso, tengo un par de periodistas amigos, que estarán encantados de divulgar esa información ofreció Eloísa, sus ojos brillando con malicia y oportunidad entrelazadas. Dejaremos rodar esa información. 

Sirvió dos copas de vino y brindaron. 

¡Por nosotros! -exclamaron al unísono. 

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