Capítulo 269 

El viejo parecía haber encontrado tranquilidad, desde que Sofía entró en el salón de fiestas, su mirada se vio atraida por su hermoso y llamativo vestido largo. Sin embargo, al ver que habla llegado con Rafael y que ambos permanecian juntos todo el tiempo, no se atrevió a acercarse. Aun asi, su mirada lasciva permanecia fijamente en Sofia. 

Hasta que esa mujer se le acercó, diciéndole que tenia un plan para que lograra lo que deseaba esa noche…. 

¿Cómo dejar escapar a un pato que ya tenía en el pico? Pensaba con audacia, convencido de que valdría la pena incluso morir por una noche con 

una mujer asi 

Tomó la tarjeta de la habitación que Pilar le ofreció, entró al salón y siguió la dirección por la cual Sofia se había ido 

Sofia camino lentamente hacia el baño, sintiéndose cada vez más débil y con un calor interno que iba en aumento. Apoyándose en la pared, llego al lavabo, abrió el grifo y se echó agua en la cara directamente. A pesar de estar bajo el agua fria durante varios minutos, se sentia cada vez peor y su visión comenzaba a nublarse. 

Mareada, salió del baño con la intención de llamar a Rafael con su celular, sabiendo que algo no estaba bien y que lo más importante era encontrarlo cuanto antes. 

Tan pronto como Sofia salió del baño, el viejo también llegó a la puerta. Al verla salir, extendió su mano grasosa intentando agarrar el brazo de Sofia. 

“Señorita, ¿está bien? ¿Necesita que la ayude a descansar un poco?” 

Sofia retrocedio, apoyándose en la pared, con el ceno fruncido. El acercamiento del viejo solo aumentaba su malestar y su rostro se tornaba cada vez más roja

pero sus palabras carecían de fuerza. 

“Alejate” Sofia se pellizcaba el muslo con fuerza, intentando mantenerse despierta, pero sus 

El viejo, al verla asi, supo que la droga estaba haciendo efecto y se apresuró a acercarse, comenzando a manosearla e intentando arrastrarla hacia el ascensor del hotel. 

Sofia luchaba con todas sus fuerzas para liberarse, sabiendo que no podía dejar que él la llevara. Intentaba confusamente usar su celular para llamar a Rafael, pero el viejo le arrebató el bolso. 

“Señorita, yo se lo guardo. Mire que ni puede sostenerse en pie” 

En ese momento, el pasillo estaba casi vacio y cualquiera que pasara podria pensar que eran simplemente dos personas que hablan ido a alquilar una habitación juntos. Sofia era arrastrada hacia el ascensor por el viejo. 

En ese instante, Sofia se sentia desesperada, murmurando, “Rafa, Rafa, ¿dónde estás?” 

El viejo no entendia lo que ella decia, solo pensaba en llevarla rápidamente a la habitación. “Belleza, no te preocupes, pronto estarás en el paraiso.” 

Una vez en la habitación, planeaba aprovecharse de ella sin restricciones. Imaginándose a Sofia bajo su control, el ascensor llegó y arrastró a Sofia hacia la habitación 

Sofia, llevada por él, se sentia cada vez más mareada y a punto de desfallecer… 

Rafael, después de terminar sus asuntos, salió del privado y se dirigió al sofá del salón. Al no ver a Sofia y no encontrarla por ningún lado, preguntó a un camarero si habia visto a la mujer que estaba sentada en el sofá. Por casualidad, le preguntó al que había indicado a Sofia el camino al baño. “Ah, la señorita a la que se refiere, acaba de ir al baño.” 

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